Iglesia de
Dios Padre

Ala derecha del retablo

Aquí se nos revela el misterio de Schoenstatt, la fecundidad universal de la Alianza de Amor, como un camino concreto que nos impulsa a responder a Dios, quien nos invita a participar de su vida de Alianza intratrinitaria.

En la parte central vemos al Padre José Kentenich que conduce al pueblo peregrino a la Alianza de Amor con la Madre tres veces Admirable de Schoenstatt. El lo invita a recorrer esa misma historia de alianza que él, a imagen de los patriarcas del Antiguo Testamento, tuvo que recorrer.

Nuestra vida de Alianza con Dios Padre se proyecta en la construcción del Reino del Padre en el mundo: una sociedad donde se vive la justicia, la verdad y el amor. Vemos simbolizado este nuevo Reino, este nuevo orden social, que se gesta desde la Iglesia y desde los Santuarios de Schoenstatt, en el perfil de familias, poblados y ciudades que se destacan a ambos lados del ala derecha.

La Basílica de San Pedro, ubicada en el centro superior, representa a la Iglesia, que como madre, da a luz a sus hijos, vela por ellos, los acoge y los educa. La Obra de Schoenstatt, simbolizada en los Santuarios, nace de ella y está a su servicio. Quiere ser corazón de la Iglesia.

En el ala derecha, el desierto del ala izquierda se convierte en un Jardín de María. También vemos delineado el portón de Nuevo Schoenstatt; se establece así un paralelo con el portón del ala izquierda, que nos abría a la tierra prometida de Israel. El portón de Nuevo Schoenstatt nos invita a entrar en un lugar de gracias, en un espacio sagrado, en un pequeño paraíso en el que nos sentimos “en casa”. Pero más aún, esta tierra nos evoca aquella otra tierra a la que todos anhelamos llegar un día: ¡el cielo!