Iglesia de
Dios Padre

Diseño arquitectónico

La arquitectura, los espacios, la simbología... todo quiere expresar y ofrecer la buena nueva de Jesús: ¡Dios es Padre! La solidez de la piedra simboliza su ilimitado poder de amor. Dios es inmutable, eternamente fiel, amparo seguro y sostén en los peligros. La calidez de la madera expresa la misericordia y ternura con que Dios acoge a cada uno de sus hijos.

Si la miramos de frente y a una cierta distancia, el portal y la gran piedra en su frente evocan en su forma al Santuario y al símbolo del Padre que se halla en la parte superior de la puerta del mismo. La pequeña capilla se prolonga así en la amplitud del templo, indicando que María, por la Alianza de Amor, es quien, en Cristo, por el Espíritu Santo, nos conduce hacia Dios Padre, hacia una profunda y definitiva Alianza con la Santísima Trinidad.

El amplio espacio de la iglesia nos recuerda que en la casa del Padre hay lugar para todos. Ella es el hogar para pobres y ricos, gente de ciudad y del campo, niños, jóvenes, adultos y ancianos. Allí el Padre nos reúne como su familia.

La iglesia, vista desde arriba, tiene la forma de una cruz, que representa el misterio redentor de Cristo, el Hijo que se entrega al Padre por nuestra salvación.

En la fisonomía exterior e interior de la iglesia predominan dos formas geométricas: el triángulo y el cuadrado. El triángulo desde muy antiguo representa la Santísima Trinidad. En él suele aparecer el ojo del Padre, que expresa que, con su mirada amorosa, vela por todos nosotros. El cuadrado alude a la piedra angular que es Cristo. Sobre todo, lo vemos en el altar. La piedra angular simboliza la solidez del Hijo Unigénito en donde se afirma el Pueblo de Dios que es la Iglesia.